.Uno tiene que mantenerse borracho de escritura para que la realidad no lo destruya.

(Ray Bradbury)

domingo, 22 de junio de 2014

El cementerio de los estremecimientos

Los sentimientos por fin se encontraron, el problema es que lo habían hecho en el mismo dictamen; porque no, esas cosas no viven en nuestras vísceras. Los sentimientos por fin se encontraron, el problema es que lo habían hecho años después de que debieran hacerlo; porque sí, esas cosas carecen de retórica y eufemismos varios. Los sentimientos por fin se encontraron, el problema es que lo habían hecho en la imaginación equivocada en un momento errante de aburrimiento.

Cuando se encontraron, ésto sonaba de fondo en el cementerio de los estremecimientos.
Y de nada servía ya que lo hubieran hecho; ahora, frente a la reciprocidad muerta.

Erik Johansson

En el cementerio de los estremecimientos descansaban, por fin tranquilos, libros con las páginas pasadas. En el cementerio de los estremecimientos se deshacían páginas en blanco, aún por escribir, o escritas por unx humanx solitarix. En el cementerio de los estremecimientos reposaban las emociones ignoradas, hemofílicas, mefíticas. Y de nada sirve la conmoción aséptica. Nada sirve en la necrópolis emocional.

«El pasado siempre vuelve», dicen. También dicen que «cualquier tiempo pasado siempre fue mejor». Mejor pudo serlo, y, probablemente, si quien dijo eso hubiera administrado bien su tiempo, tendría un presente conspicuo. Pero a nadie le interesa eso. Otro refrán al caso: «Ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió».

Quizá llegues tarde. Lo que soterraste ya está exánime.

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